lunes, 27 de julio de 2015

Mundo de incongruencias.






Vivimos en un mundo incongruente, que parece haberse convertido en el reino del revés, actuamos de forma tan contraria a nuestros argumentos que no tengo otra forma de llamarlo.

Vivimos en un mundo donde ser gordo es peor que ser transexual,  aquí donde hace unos meses una persona transexual abarcó portadas de revistas, cientos de entrevistas, notas y reportajes, en los cuales no se le criticaba, sino que se le alababa por su “valentía” y  por su “humanidad”, mientras que una persona obesa o pasada de peso, además de que jamás aparecerá en portadas de revista, especial una revista de modas, es duramente criticada, alienada y es tratada como fenómeno de circo.

Vivimos en un mundo donde se habla y se toman acciones para proteger a los animales, diciendo que vamos a defender a aquellos que no pueden hablar, mientras que se olvida a la misma especie, donde hace unas semanas aquí en México un empleado de una tienda de mascotas fue golpeado a morir porque se descubrió que maltrataba animales, pero no sólo eso, sino que al tiempo en que se defienden a los animales, por otra parte se legaliza el aborto, dando como argumento que matar a un inocente (que por cierto, tampoco puede hablar) es no sólo un derecho sino algo bueno.

Vivimos en un mundo que habla de igualdad de género, de respetar los derechos, mientras la gente se une en marchas, vemos en las escuelas el peor momento de la historia, en donde el bullying se ha convertido en una epidemia, que te hace pensar que son unos hipócritas esos que marchan, ya que no transmiten aquello por lo que luchan a sus hijos.

Vivimos en un mundo donde la belleza física es más importante que la belleza interna y desarrollar capacidades intelectuales o implementar valores, en donde al buscar trabajo primero contratan a una persona guapa que a una inteligente, donde hace un poco más de un año, un delincuente fue soltado porque era “muy guapo” y se realizaron protestas para que así fuera, además se le ofreció contrato de modelaje en cuanto quedó en libertad.

Vivimos en un mundo donde se habla de proteger el medio ambiente, donde se le pide a los científicos que busquen fuentes alternas de energía, ellos hacen lo que se les pide, encuentran formas, pero éstas no son comercializadas y al mismo tiempo sigue habiendo guerras para pelearse las antiguas. 

Vivimos en un mundo donde se habla de amor, donde se toma en cuenta tal como dice la canción de los Beatles, Love is all you need, pero al mismo tiempo la tasa de divorcios es enorme, la violencia doméstica es alarmante y los casos de criminalidad han subido.

Vivimos en un mundo donde se habla de igualdad de derechos, igualdad en razas, derechos de los niños, equidad de género, derechos para los gays, derechos para los animales, y se genera controversia cuando no se les da alguno o también si se les da; se arman entrevistas y mesas de debate por pequeño sea el cambio, pero que se olvida que en alguna parte del mundo hay millones que viven esclavizados y bajo algún régimen que les impide hasta los más básicos derechos humanos. 

Vivimos en un mundo donde se exige tolerancia, pero si alguien dice cualquier cosa que vaya en contra del común, entonces esa persona es atacada, se exige tolerancia, pero no una igualitaria sino una que vaya en conforme a los pensamientos de quien la exige, entonces, los que la piden se convierten en intolerantes. 

Vivimos en un mundo de incongruencias, donde nuestras acciones no reflejan lo que se dice.

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